Estudiando el estado actual de la Gerencia Social, se observa que en la actualidad dicha gerencia está en crisis, este hecho es comprobable al estudiar los índices de pobreza, crecimiento del sector informal, desempleo, crisis e inestabilidad social, entre otro problemas que competen directamente al Estado y en algunas ocasiones al sector privado de la economía.
En este sentido, entre los factores que podrían estar generando una crisis dentro del ámbito de la gerencia social está el fenómeno de la globalización, que con su unificación de los mercados, avances tecnológicos, producción transfronteriza, flexibilización de las relaciones y condiciones laborales; provoca un detrimento en la calidad de las condiciones laborales para los trabajadores.
Es importante reconocer el papel que juega la flexibilización de las relaciones laborales en la crisis de la gerencia, puesto que ésta ha generado ciertas flexibilidades en: los contratos de trabajo, las remuneraciones, tiempo y organización del trabajo entre otras, que tarde o temprano terminan menoscabando la seguridad social y calidad de vida en el trabajo. Si este afán de flexibilizar el ambiente y las relaciones laborales no tiene un límite o es controlado a tiempo termina por irregularizar las condiciones de trabajos convirtiéndose así en un fraude.
Por otra parte, se tiene que el sector público no escapa de que dentro de él sucedan estas irregularidades, resultando paradójico [siendo éste el que debería tener mejores condiciones de trabajo, puesto que es el ente regulador de las mismas], es posible que este hecho ocurra dentro de la administración pública debido a la incapacidad de las autoridades de ejercer sus funciones, esto a su vez generado probablemente por la necesidad de gerentes eficiente y eficaces y técnicamente preparados para ejercer las funciones que le sean asignadas, además de la existencia de los fenómenos antes mencionados.
A todo esto se le suma la mala práctica de la burocracia o la implementación de ésta de una manera sumamente mecanizada que termina convirtiéndola en una burocratización (debido a la rigidez de las formas de trabajo, la estandarización de los procesos y la gran cantidad de controles que el modelo burocrático exige), terminando por convertirse en otro agravante de la crisis gerencial.
Es por esto que si se quiere implementar un esquema burocrático, éste debe reformarse para que se adecue a las necesidades de la empresa moderna que vive en constantes cambio debido al entorno globalizado donde se desenvuelve.
De no ocurrir cambios en el modelo descrito anteriormente, el mismo tiende a fracasar, en el sentido en que si éste se queda estático (mientras que los niveles de producción y los procesos se dinamizan junto con la globalización), las condiciones de trabajo, higiene y seguridad industrial para lo trabajadores se hacen inadecuadas a la vez que se genera un bajo rendimiento en la productividad, que consecuentemente llevará a la empresa a una disminución de sus niveles de competitividad ante la sociedad. Aranguren 2006.
En otro orden de ideas, hay que resaltar que la empresa privada y el sector público tienen sus particularidades en cuanto a la manera de gerencial, siendo la gerencia pública un tanto más rígida y la gerencia privada un poco más versátil.
Por esto las instituciones públicas deberían replantearse los perfiles gerenciales pasando de una gerencia tradicional (reactiva, estática, poco planificada, que hace énfasis en lo factible y que muchas veces toma decisiones retardadas) a una gerencia más moderna (que es dinámica, creativa, participativa, preventiva, que hace énfasis en los posible y lo deseado y que es planificada y con decisiones pertinentes y oportunas).
Aunado a esto, el gerente y la gerencia pública deben reforzarse para trabajar en equipo, no sólo con su grupo de trabajo sino también con otros organismo e instituciones, convirtiéndose en un director capaz de resolver conflictos a la par que rivaliza con las situaciones que se dan en la administración pública como lo son los problemas financieros, la influencia política, la incertidumbre de los escenarios que pueden suscitarse entre otras.
Para que todo esto sea posible, se hace imperante la necesidad de realizar cambios estructurales donde se transformen los estilos gerenciales a través de una toma de decisiones de forma horizontal, aplicando también programas de formación y perfeccionamiento del personal y motivando al mismo por medio de sistemas de compensación y remuneración, desarrollando así el sentido de pertenencia del trabajador para con la empresa.
En fin, para los cambios suscitados actualmente a nivel mundial, lo que se necesitan son gerentes con visión social, capacitados para revertir la crisis de la gerencia social, que logren combinar los recursos de una manera eficiente por medio de una planificación adecuada y metódicamente organizada y dirigida, que a su vez es controlada para poder realizar correcciones pertinentes y oportunas que generen mejoras.
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